
Queridos amigos, asociados,
papás, mamás, familias:
Inauguramos página web, con la sensación de que seguimos creciendo. Por ello, permitidme que me dirija de manera especial a los miembros de nuestras asociaciones de padres, a quienes, que, de manera gratuita y cuando salen de su trabajo, dedican su tiempo a ayudar a nuestros pequeños, a colaborar en el colegio, a implicarse en actividades escolares, a hacer que nuestros centros educativos, y con ellos nuestros hijos, crezcan y maduren conforme a los valores, convicciones e idearios que conforman nuestras diferentes comunidades educativas. Los padres y madres que mantienen vivas nuestras Ampas, deben ser objeto siempre de nuestro reconocimiento y apoyo. No sólo nuestro, sino del profesorado y la dirección educativa, su labor es pieza consustancial a nuestro modelo educativo. Así está reconocida legalmente. Ellos y ellas merecen el reconocimiento y nuestra admiración por la encomiable labor que desarrollan.
Ser padres hoy, en pleno siglo XXI, os aseguro que es un auténtico desafío. Proponer desde las seis y media de la mañana, cuando te levantas, una educación que aúne dosis de responsabilidad, de paciencia, de esperanza. Guiar a nuestros hijos hasta que un día alcancen su autonomía personal, os aseguro, reitero, que no es tarea fácil. Y mucho menos cuando por atacar, se ataca incluso el que nos llamemos papá o mamá. Hasta que seamos una familia. Por eso, os confieso que cada vez la sociedad genera más obstáculos para educar, y sólo nosotros, con ayuda de una educación libre y responsablemente escogida, puede derribarlos. No hay duda. Nadie las tiene. No existe una educación neutra. Los valores educativos están presentes desde sus primeros pasos de bebé. Y somos precisamente nosotros, sus padres, los que los suministramos: amar, confiar, compartir… y somos nosotros, sus padres, los que desde pequeños les mostramos lo que es bueno. Y lo que no nos parece tan bueno. Y algo más importante: donde dirigirse, qué persona pueden llegar a ser, de qué mundo les proponemos formar parte: nuestras normas de conducta, convivir, integrarse socialmente… ese es nuestro modelo: proponer como modelo a nosotros mismos: el modelo de ser padre.
“Los valores educativos están presentes desde sus primeros pasos de bebé. Y somos precisamente nosotros, sus padres, los que los suministramos: amar, confiar, compartir...”
Para ejercer esa responsabilidad, debemos predicar con el ejemplo. Ese, hoy por hoy, es nuestro único y verdadero desafío. Porque luego crecen. Y cuando crecen, vienen otras herramientas educativas: la calle, la tele, internet, el móvil…. y también el cole. Con el cole, la más esencial de nuestras decisiones como padres y donde todos como educadores debemos confluir: entregar a una comunidad, a un ideario, a una institución educativa, la tarea de compartir la educación de nuestros menores. COMPARTIR. El tiempo de “edúquemelos de 8 a 3 que a partir de esa hora ya me ocupo yo”, gracias a Dios, ha tocado a su fin.
Ahí quiere estar CONCAPA GRANADA. Para ayudar a nuestros colegios, a nuestras instituciones educativas, a nuestras asociaciones. Para ayudar a nuestros hijos, a nuestras escuelas de padres, a nuestras actividades formativas, a toda la comunidad educativa… pero sobretodo, como la más genuina manifestación de nuestro sistema constitucional de derechos y libertades, a defender la libertad de enseñanza, la libre elección de centro educativo, el derecho a que nuestros hijos se eduquen conforme nuestras convicciones. Tristemente, en estos últimos días hemos vuelto a salir públicamente en prensa para censurar el manifiesto de un partido político que propone la eliminación en las aulas de la clase de religión. Como ya expresamos en Nota de Prensa, “es una absoluta falta de respeto hacia la libertad religiosa de los españoles pretendiendo imponer a todos los alumnos en el sistema educativo su propia ideología y una visión uniforme de la sociedad”.
Desde CONCAPA GRANADA esperamos vuelvan las aguas a su cauce, que no se juegue con los ciudadanos bajo manifestaciones electoralistas. Nos espera un año duro: comedores, elecciones, reforma educativa, renovación de conciertos educativos... ¿Tan difícil es ponernos de acuerdo? ¿Tan difícil es concentrar nuestro esfuerzo en buscar lo mejor para nuestros hijos? ¿Tan difícil es un pacto por la educación ajeno a cualquier confrontación política? No pedimos mucho…solo una propuesta educativa cuya fecha de caducidad sea al menos de 15 años. Nuestras comunidades escolares tienen el derecho y la obligación de dedicarse simplemente a eso, a educar y a formar adecuadamente a nuestros hijos. No podemos someterlos a un continuo replanteamiento de nuestro sistema educativo. No podemos, hacen falta padres que siembren un poco de cordura en esta alocada y disparatada sociedad.
Trataremos de estar. Con vuestra ayuda. Gracias.